“Comprar en internet sin tener una herramienta de ciberseguridad es como ir en un coche sin frenos”
La ciberseguridad se ha ubicado como una de las grandes preocupaciones empresariales de los nuevos tiempos. Porque nadie está exento de sufrir un robo digital. Así lo confirmó el informe ‘El estado actual de la Ciberseguridad en España’ publicado por Deloitte este mismo 2022 en el que se llegó a afirmar que un 94% de las empresas analizadas habían sufrido al menos un incidente grave de ciberseguridad a lo largo del pasado año.
En este contexto no es de extrañar que muchas compañías busquen soluciones que minimicen los riesgos a los que están expuestos día a día. En ese punto entra Kaspersky, una empresa tecnológica con un cuarto de siglo de historia que se dedica a ofrecer soluciones a compañías y particulares al respecto.
“Actualmente no hay un único hábito peligroso, hay muchos. Desde hacer compras en sitios de dudosa credibilidad y dar datos bancarios al phishing o ransomware”, detalla a Capital Javier Ildefonso, Global Digital Director de Kaspersky, que recuerda que este último es el más extendido en la actualidad entre el tejido empresarial. Y suma: “Incluso el hecho de conectarse a una WiFi pública de un hotel o un aeropuerto. De repente todos los datos pueden estar filtrados”.
Por eso éste considera que es muy importante “la concienciación social ante la ciberseguridad”. El principal motive es que numerosos estudios detallan que alrededor del 70% de los consumidores se encuentran inseguros gestionando sus datos por internet. Un hecho ante el que Ildefonso recuerda que “muchas veces pensamos sque todo el mudno tiene que saber de todo y no tiene por qué. Donde no llegue tu conocimiento siempre hay productos que pueden hacer ese trabajo, y un ejemplo está en el mundo de la ciberseguridad”.
Por eso considera que “gran parte de estas preocupaciones se pueden quitar con una solución que cuesta entre 20 y 30 euros al año”. Porque al final, considera, “comprar en internet sin tener una herramienta de ciberseguridad es como ir en un coche sin frenos”. Además, apunta éste, “esto minimiza los riesgos y los que hay son fácilmente subsanables”. Por eso entiende que empresas y particulares “no tienen excusa”.
Tampoco en términos de volumen de facturación y tamaño de las propias compañías. “Desde las más pequeñas de uno o dos empleados hasta las más grandes, equipos de fútbol, juzgados… todo aquel que pueda sufrir una ataque en su producción debería tener una solución que minimice sus riesgos”.
En este punto la cuestión es clara: ¿En qué momento se han dado cuenta las compañías españolas de la importancia de la seguridad digital? Para este expert en la materia, “el proceso normalmente es lento y aprendemos por el error, pero también es cierto que la visibilidad en los medios de estos ataques han hecho que muchos se pongan en alerta”. Porque el cibercrimen está ahí, es más habitual de lo que parece, “y no es de extrañar que cualquiera de nosotros tengamos un conocido al que le han atacado digitalmente”.
“Los cibercriminales cada vez son más listos”, añade éste. “Son empresas, no son personas individuales”, recuerda Ildefonso, que explica que “en la deep web puedes comprar datos de tarjetas de crédito por unos simples céntimos”. “La mayoría no suelen funcionar, pero con que una lo haga pueden sacar mucho dinero”, advierte este conocedor de la materia, que apunta que “las bandas criminals tienen mucha facilidad para conseguri su objetivo porque siempre es económico, casi siempre con pagos en bitcoin para que haya menos trazabilidad y desde fuera de la legislación del país donde se encuentra la víctima”. Está todo estudiado.
Además, afirma, “si te paran la producción un día al final pagas”. Pero no tiene por qué ser una cuantía elevada, comenta Javier Ildefonso, “muchas veces te observan y saben el dinero que mueves y cuánto podrías dar”, por eso “piden acorde a lo que la gente puede gastar”.
En este punto este especialista cree que la “formación de los empleados” es vital, de tal forma que sepan detectar cuándo un mail puede traer consigo un riesgo. Sin embargo, no es suficiente. De hecho, Ildefonso recuerda que hasta en su propio sector el número de profesionales con conocimientos en seguridad digital y en Inteligencia Artificial sigue estando por debajo de la demanda del sector.
“En España falta cultura y es necesario que se vea que esto es más sencillo de lo que parece. Países como China tienen una inversion en IA de aquí a 2030 que marcará la diferencia, van a ser la fábrica del mundo”, recuerda a la par que solicita que “no nos quedemos atrás”.
Y eso que este sector “lleva usando la Inteligencia Artificial antes de que se pusiese de moda”. “Hay que recordar que en la ciberseguridad lo que hemos hecho siempre es detectar patrones y posibles amenazas”, apunta éste, que incide en cómo esta tecnología se ha desarrollado en los últimos tiempos y desde su propia empresa la emplean “para ver las funcionalidades del usuario, qué herramientas usa más y si está content o no con un producto”.
“Muchas veces vendemos un Ferrari, pero si se guarda en el garaje no se está valorando y luego igual vienen las frases de que es caro o de que no lo necesito”, argumenta este experto, en cuya empresa intentan “que los clientes utilicen lo que han pagado y se sientan cómodos”.
Este deseo es el que ha llevado a Kaspersky a crecer “a doble dígito” en los últimos meses, a pesar de haber sufrido “la rusofobia del mundo occidental entre marzo y abril”. Y es que hay que recordar que esta compañía tiene su sede central en Moscú, de tal forma que no han estado exentos de los actuales conflictos geopolíticos. “La gente ha entendido el mensaje que hemos transmitido en los últimos 25 años y, pese al momento inicial, saben que no pertenecemos a ningún gobierno y que somos una empresa privada”, explica Ildefonso, quien reconoce que “al principio no fue fácil”.
“Por suerte, pocas compañías he visto que se adapten tan bien a las circunstancias, y este año para nosotros está siendo todo un reto. Nos hemos tenido que reinventar y ver cómo superábamos las circunstancias –apunta–. Incluso hemos abierto un nuevo centro de transparencia en Madrid. Todo el mundo puede ver nuestro código y este ejercicio da mucha confianza al consumidor”. Y esa, precisamente, es la máxima de cualquier empresa dedicada al sector: que los usuarios se sientan seguros con las soluciones aplicadas a sus dispositivos.
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